lunes, 15 de marzo de 2010

Resurreción

Este lugar, si realmente es "algún lugar", consume todo lo que en él cae, incluyéndome. Lo destruye, lo rearma, lo cambia, lo vuelve a fragmentar continuamente, aunque eso no es del todo cierto. Nada de eso es seguro, pues el tiempo parece romperse también.
Es un espacio inconmensurable. Abismal. Jamás en mi escasa vida sentí tanto miedo; Jamás perdí de tal forma la razón entre el espacio y el tiempo y la realidad como en este momento. Ni siquiera el dolor es una certeza, tan desgarrador que no puede ser cierto y, sin embargo, ¿cómo podría no serlo?
Y en esta nada oscura que se adhiere a cada pliegue consciente de lo que me queda de humanidad, perdida en el caos absoluto, jamás pude ver con tanta claridad la "verdad". Apenas me di cuenta de esto la masa negra se transformó en una luz aun más cegadora que la oscuridad. Mis pensamientos materializados en huesos, vísceras, nervios, piel, sangre, volvieron a sentir la solides del suelo gracias a un tacto regenerado. Por primera vez en quien sabe cuanto tiempo mis pies tocaron la tierra, pero no como lo habrían hecho antes... no, nada seria como antes.


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